Una madre que lo Putoflipa

Una madre que lo Putoflipa

UN POQUITO DE “SPOILER” DEL LIBRO

FIN DE CURSO

Pues ya estamos llegando al “odiado mes de Junio”. Yo, que cuando acabé mis estudio, creí que junio volvería a ser un mes más en el calendario de mi vida, que ya nunca volvería a sufrir los agobios de estudiar los exámenes finales a más de 30 grados ni los nervios de las notas ni los disgustos consiguientes. Yo que estaba convencida de que todo eso se había acabado el día que me dieron mi título de licenciada, pero no , que equivocada estaba. Aquí estoy, con cuarenta y muchos sentada delante un libro de literatura pensando en el verano que me espera. Aunque ahora mi papel es el de la madre, ya no voy a ir yo al examen y así de primeras parece más fácil, pero no sé yo que es más llevadero el papel de adolescente o el de madre de la adolescente, porque aunque la adolescente sea la que se va a examinar, yo soy la más consciente de lo que se nos viene encima de las dos.

Esta mañana me la he pasado con la pequeña adolescente de despacho en despacho hablando con los profesores, y me he vuelto a sentir de quince años, escuchando a los profesores insistir en eso de es una niña muy lista pero muy vaga, que si se esfuerza un poco pues que hay muchas posibilidades de que apruebe y mil historias similares, que llevo escuchando toda mi vida. Al salir del instituto en la radio del coche un «especialista», un neuroeducador o algo así dice que las malas notas pueden ser síntoma de algún problema, de que algo no está yendo bien. Parecía un hombre muy espabilado y estudiado, que hablaba de problemas emocionales y psicológicos con mucha naturalidad,, mientras mi cabeza intenta ajustar alguno de ellos al caso de la adolescente: ¿familia desestructurada, drogas, malas compañías, depresión, estrés, ansiedad, bullyng? ¿Cuál de todas podría encajar? Entonces miro a la adolescente, sentada en el asiento del copiloto atusándose el pelo, poniendo morritos y haciéndose fotos, mientras chatea a la velocidad del rayo y sin despegar los ojos del teléfono va y me pregunta me pregunta si esta tarde podría ir al cine, ya que podríamos empezar a estudiar en serio el lunes.

La miro y me digo depresión, estrés, ansiedad, bullying y familia desestructurada están descartadas, sólo me quedan las drogas y las malas compañías y rezo por lo bajines para que no sea cosa de drogas, aunque así a primera vista no parece. A primera vista parece más bien el típico caso de “todo me tira de un pie”, en mi vida hay cosas más interesantes que hacer que estudiar Física, la 2ªGuerra Mundial y la Generación del 98.

Una madre que lo putoflipa.

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