Trankimazin
Hace ya hace dos años que acudo a un terapeuta para que me ayude a dirigir esto de la adolescencia de mi hija , no sé si afirmar que realmente me ha ayudado mucho y por eso sigo enganchada a las sesiones con ella , o es que ya somos amigas y me encanta irle contando todas mis aventuras y desventuras como madre. La decisión de buscar a alguien que me ayudara a entender y dirigir la adolescencia de mi hija , no nació de mí, así de forma espontánea , más bien fue la recomendación de una amiga psiquiatra que después de recetarme mucho prozac y mucho trankimazin vio que lo mío tenía difícil solución . Yo hubiera seguido abusando de las pastillas y de la idea de que lo mejor para mi hija era un internado suizo , que no podía pagar .
Antes de decidirme por la ayuda de un especialista me dediqué a formarme de una forma autodidacta a través de la lectura de libros de autoayuda , y de blogs de madres . En todos esos Blogs encontraba a mamás treintañeras, guapas, perfectas, vestidas a juego con sus niños, felices y sonrientes . Y todas con algo en común: “madres de niños que están en esa edad dorada, llamada infancia (entre 0 y 10 años)”. En ninguno de estos blogs he encontrado a una madre de adolescente, sonriente tersa y feliz , contando las alegrías que le da su adolescente y por algo será , ¿no?.
Todas estas mamás blogueras hablaban de como compaginar la vida laboral y los niños, de cómo no asustarse cuando una caquita no es lo suficientemente marrón o dura, que tiene que ser. Hablaban del día a día con sus preciosos hijos , a los que pueden vestir con camisetas marineras a juego con la suya, o darles verduras con formas para que así se las coman . Y la verdad me daba mucha ternura leerlas y de forma maliciosa pensaba que ellas eran unas “inocentes” y no sabían que en un par de años necesitarán un Trankimazín para poder seguir practicando eso que llaman ”amor maternal”. Otro Trankimazin para poder ir de compras con sus hij@s y entender las nuevas tendencias de la moda. Y un Trankimazin más para mantener una conversación más o menos tranquila sobre sus notas o los permisos para el fin de semana. Dentro de unos años se plantearán si no serán muchos “trankimacines” los que se necesitan para ser madre de adolescente y no terminar todos los días con una bronca monumental .Yo ya he pasado fase de los psicofármacos , pero fue duro , y es que mi oración diaria era ” Señor dame un Trankimazin , porque si me das fuerza la mato” , y también confieso que a veces no había pastilla de la tranquilidad, que aplacara la madre que llevas dentro , y cuando esta sale , se lía parda , pero después te tomas un Trankimazin y a leer el Hola .
Borrador de mi libro
“De soltera féliz a madre de adolescente”
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