Donde dije «digo» digo «Diego».
ÚLTIMAMENTE me doy cuenta de que muchas de mis «creencias estrella»en cuanto a educación y convivencia con la adolescente han cambiado, o mejor dicho las he tenido que cambiar porque la vida con un adolescente es un como una norea , arriba y abajo. Y mis creencias me estaban limitando a la hora de comunicarme con mi hija ( por creencias me refiero a mis creencias sobre la vida y la educación). Hasta los 12 años nuestra comunicación con los hijos podemos definirla como una comunicación basada en hechos; es decir yo te cuido , te mimo y te quiero y eso es un hecho un mensaje, que tu hijo recibe perfectamente, y así casi nunca se pedían explicaciones. Pero a partir de los 12 cambian las tornas y la comunicación con tu hijo adolescente se basa en dar explicaciones y más explicaciones , tantas que llega un momento que caes en la trampa , de que te pillen en un renuncio de esos de » donde dije digo digo Diego» y entonces se lía: Porque si tu dijiste «que no y que no», pero después de dos horas de matraca terminas diciendo » sí ,pero solo hoy». Entonces la has «cagado», siendo muy basta esta expresión es la forma más clara de explicarlo , porque para nuestros hijos una sola vez se crea un hábito y se cambia tu creencia porque ya pasas a ser de las madres que conviven con los novios.
A mí me ha pasado con lo de los novios y sus visitas a casa. Toda una vida diciendo que yo no conocería novios hasta que fueran serios , o sea para la petición de mano. Toda una vida poniendo el grito en el cielo porque había padres que se llevaban a los novios de vacaciones. Y aunque aún no hemos llegado a ese punto, estamos en el de » bueno , vale que suba hoy un ratito», eso dije un día y ahora hemos ganado un hijo , majo y educado pero un hijo más. Reconozco que me gusta más haber ganado un hijo, que haber perdido una hija en los bares y cafeterías, prefiero que estén en casa, y que él quiera estar en casa ya dice bastantes cosas buenas de él. Pero no deja de se un hijo más que está en el salón, y que ya me ha visto en pijama y despeluñada después de trabajar. Porque a lo de dormir en casa aún no llegamos y eso que ya ha habido varios intentos, pero yo ya he aprendido y mis labios no se despegan y digo no con la cabeza y con los gestos, porque no vaya a ser que me salga un diego en vez de un digo y me vea desayunando con el susodicho.
Es que la vida y la sociedad ha cambiado mucho en los últimos años y no nos queda más remedio que ir adaptándonos quién nos ha visto y quién nos ve
Yo cumpli esa norma, nunca me salio un si. Y lo de dormir ni te cuento, no se atreven a pedirlo