¿Y ahora qué?
Como amante y firme defensora de los tatuajes siento que estoy traicionando mis principios, pero no me imagino a los altos cargos del gobierno con ellos. No imagino un dragón cubriendo la espalda de Pedro Sánchez. Será que soy poco creativa o quizá hasta sea verdad que todos somos, en el fondo, algo conservadores. El caso es que no me lo imagino. Sin embargo, si algún día me llegara a encontrar a Feijóo por el estudio de mi fiel tatuador…