Merece la pena ser del Dépor

Merece la pena ser del Dépor

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Ayer fui al gimnasio con la camiseta del Dépor y un señor me preguntó si me merecía la pena seguir siendo aficionada. Me quedé un segundo en silencio y, cuando quise responder, una chica se adelantó a contestarle: “Se nota que nunca has estado en Riazor”.

El sábado un gol en el minuto 113 silenció una ciudad entera. La marea blanquiazul se tiñó de negro y el camino al estadio se quedó mudo. Ni la ensordecedora previa en los aledaños de Riazor, ni la enorme pantalla de Cuatro Caminos, ni el sold out de la página de la Federación libraron al Deportivo de su derrota más cruel. Porque sí, el un día Súper Dépor jugará otra temporada en Segunda B.

Y es que este año solo había un objetivo, ascender. Daba igual cómo jugaran o cuántos goles metieran, solo había que subir. Y no, no se cumplió el objetivo. Más de 27.000 aficionados salieron del estadio con caras largas y lágrimas en los ojos conscientes de que se trataba de otra gran derrota. El ambiente era desolador y no parecía que la herida fuera a cicatrizar pronto, pero lo hizo…

Tan solo 24 horas más tarde Twitter se inundó de mensajes de resiliencia, de fotos con la camiseta blanquiazul y de posibles slogans para la temporada 22/23. Bajo el lema “nos van a ver volver”, deportivistas de todas las partes del mundo se sacudieron el polvo y demostraron que no, que esta hinchada nunca se rinde.

El Dépor militará una temporada más en la tercera división del fútbol español, pero, con seguridad, su afición volverá a jugar en otra liga. Porque no hay ningún equipo que en 1ª RFEF tenga 20.000 abonados, porque no hay ningún equipo que en Reto Iberdrola llene un campo con 3.000 aficionados, y porque no hay ningún equipo que en un partido de juveniles reúna a 20.115 espectadores un lluvioso miércoles de febrero.

No es solo fútbol, para muchos ir a ver al Dépor es una fiesta. Cada fin de semana se cortan las calles y la ciudad se paraliza durante dos horas para ver a su equipo jugar. ¿Qué es el fútbol sin sus aficionados? Se pregunta la gente. ¿Y Coruña sin el Dépor? Nos preguntamos nosotros.

Lo que se vivió el sábado en las calles coruñesas fue una auténtica locura, una locura digna de portadas y minutos de televisión en todos los rincones del país. Y todo esto perdiendo, al menos sobre el césped. Porque el otro día el único lugar donde perdió el Dépor fue en el campo, en el resto de escenarios su afición demostró una vez más que no tiene rival.

Querido señor, merece la pena. Sé que en otros equipos cantaría más goles y celebraría más victorias, pero merece la pena. Si armamos esta fiesta en Tercera, imagínese usted cuando en dos años estamos en Primera…

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