“Explicaciones ¿de qué?”

“Lo que pasa en Sanxenxo, se queda en Sanxenxo”, este es el lema que atraerá a jóvenes de todo el país hasta la localidad pontevedresa durante todo el verano. Sol, playa y fiesta, el sueño de cualquier veinteañero y no tan veinteañero…
Hace unos días Sanxenxo se llenaba hasta la bandera, y no precisamente de jóvenes de camino al Dux o a La Ola. El municipio gallego se convertía en el protagonista de la visita del rey emérito que, tras dos años fuera de España, se reencontraba con su país y su familia. Un viaje que se convirtió en una mezcla entre Gran Hermano y Los Juegos del Hambre, en una carrera por relatar las 24 horas de Juan Carlos I antes que nadie.
Dos eran los condicionantes de esta primera toma de contacto del rey emérito con España, que no iba a dormir en Zarzuela y que iba a ser un estancia discreta. Y lo cumplió, de no ser porque aprovechó la escapadita para participar en el trofeo InterRías de vela. Y, como no podía ser de otra manera, más de 180 periodistas de 100 medios nacionales e internacionales se acreditaron para la competición, ¡qué adictivo es el deporte!
¿Quién quiere motivaciones discretas como un chequeo médico o una reunión familiar como buscaba La Casa del Rey pudiendo utilizar una competición deportiva como excusa para la vuelta del emérito? ¿Quién acudiría primero a ver a su familia pudiendo pasar unos días soleados en Sanxenxo?
Juan Carlos I capitaneó el “Bribon 500”, sacando tiempo además para reunirse con viejos amigos, saludar a los asistentes o, incluso, posar ante los periodistas. Ni siquiera la ausencia de viento y el aplazamiento de la competición lograron quitarle la sonrisa al emérito, que se paseó bajo los gritos de “¡Viva el rey!”
Porque sí, toda España conoce al milímetro cuáles fueron los pasos del Borbón. Y es que durante esos cinco días no existieron ni los precios de los carburantes, ni Ucrania, ni la regulación de los precios de la luz. El país se convirtió en un reality show al más puro estilo español.
Sin embargo, en este particular Gran Hermano no hubo público, pero sí ese estilo “Made in Spain” que nos caracteriza. Porque, dos años después de su partida, el emérito volvió a pisar Sanxenxo y lo hizo como si nada hubiera pasado. Como si los viajes de lujo y Corinna Larsen hubieran prescrito. Tanto que, cuando le preguntaron si iba a dar explicaciones, lo tuvo claro: “explicaciones ¿de qué?”
Juan Carlos I volvió a España en jet privado y se llevó de regalo una comida familiar y un trofeo de vela. Nosotros, que ya necesitábamos alguna que otra foto para la historia una década después del posado junto al elefante, nos quedamos con al menos 180 reportajes de 100 medios distintos sobre su visita. Menos mal que vuelve para la copa del mundo de vela, ¿qué es un buen barco sin un buen capitán? ¿y Sanxenxo sin historias que contar?