Las dos realidades que ha vuelto a poner sobre la mesa ‘El juego del calamar’

El juego del calamar se estrenó hace poco más de un mes, pero ya ha conseguido hacer historia. Según asegura Netflix, la serie surcoreana se ha convertido en el mejor estreno de la historia de la plataforma con 111 millones de espectadores en los primeros 28 días desde su emisión. Se trata de un thriller que ha conseguido engancharnos a todos a la pantalla pero, ¿qué se esconde detrás de este gran éxito?
Esta popular serie, no solo se ha colado en nuestras casas, sino que ahora está empezando a colarse en colegios e institutos de todo el mundo. La recreación de escenas y juegos propios de El juego del calamar ha hecho saltar todas las alarmas entre los padres, pero también entre los centros escolares. Muchos han prohibido los disfraces inspirados en la serie, además de los juegos que se pueden ver a lo largo de ella.
Una broma de niños que puede transformarse en toda una pesadilla, como ya ha sucedido con otras tendencias como el ‘Juego de la Ballena Azul’ o el ‘Hot Water Challenge’. Ambos acabaron con víctimas mortales.
¿Cuál es la solución? ¿Es la prohibición la mejor manera de frenar estas prácticas?
Algunos expertos argumentan que prohibir nunca es la solución, ya que la prohibición puede generar más ganas de hacerlo. Estos, abogan por concienciar, por sentarse a hablar. Y es que la comunicación es fundamental para la educación de cualquier niño. Explicarles que se trata de ficción, que no es correcto recrear esas escenas o que no son lo suficientemente mayores para consumir este tipo de contenidos pueden ser soluciones mucho más eficaces que el veto.
Además, se recomienda a los padres hacer uso de las herramientas de clasificación de contenidos de las propias plataformas. De esta forma, podrán asegurarse de que todo el material al que acceden es apto para ellos.
En nuestro país, el simple hecho de que los más pequeños recreen estos juegos nos asustan. Sin embargo, esta serie de ficción se desarrolla en base a algo que es real y que debería asustarnos aún más: el mercado negro de extracción y vente de órganos chino. Y es que su creador, Hwang Dong Hyuk, busca con esta producción denunciar y poner en el punto de mira estas prácticas ilegales.
Según grupos de derechos humanitarios se extraen 100.000 órganos a opositores y presos políticos cada año en China. Todo a través de una red de tráfico de órganos de gran magnitud que funciona por encargo.
Aunque no solo China se ve afectada, entre los países con mayor tráfico de órganos encontramos otros como India, Pakistán o Filipinas. Eso sí, tal y como dijo la responsable del programa de donación y trasplantes del Consejo de Europa, Marta López, “ningún país” está exento del tráfico de órganos. Algo que puede parecer “surrealista” o “de película”, pero que forma parte de nuestro día a día.
Y es que más allá del entretenimiento, del éxito y del dinero que nos ha traído El juego del calamar, Hwang Dong Hyuk ha conseguido volver a poner dos realidades sobre la mesa que parecían olvidadas: el contenido para adultos y el tráfico de órganos.