“Mi madre nos llevó al refugio de animales para demostrarnos que los animales no son juguetes”

“Mi madre nos llevó al refugio de animales para demostrarnos que los animales no son juguetes”

En España se abandonan una media de tres animales cada cinco minutos. Solo en 2019, se registraron 138.400 casos de perros y gatos abandonados. Estas alarmantes cifras han provocado que perreras y protectoras colapsen, llegando a tener en sus instalaciones muchos más animales de los que pueden mantener.

De ahí la importancia de acciones como la de Carmen López y Carlos Sequeiros, que decidieron adoptar en lugar de comprar a sus perros.

Estas son sus historias…

Bella llegó a la vida de Carmen cuando su madre las llevó, a ella y a su hermana, al refugio animal de Santiago para demostrarles que los animales son una gran responsabilidad.

“Mi hermana y yo estábamos pesadísimas con que queríamos un perro. Entonces, mi madre nos llevó al refugio de animales para demostrarnos que los animales no son juguetes y que hay que cuidarlos porque luego mucha gente los abandona. Cuando abrimos una de las jaulas, todos los perritos saltaron encima de una y la aplastaron. Era una cachorrita que tenía una semana vida, nos la llevamos ese mismo día”, cuenta Carmen.

Una de las perras abandonadas acababa de tener cinco crías y el refugio no conseguía a nadie que se quisiera hacer cargo de ellos. Por suerte, Carmen y su familia se enamoraron de ella y decidieron llevársela de inmediato: “Cabía en el bolsillo de la sudadera, era monísima”, añade.

Carmen asegura que nunca tuvieron problemas con ella más allá de las primeras semanas que, al no poder sacarla a la calle, tenía que hacer sus necesidades en casa. Por eso, el momento de salir a pasear con ella por primera, vez fue tan especial.

“Lo más guay llegó cuando pudimos sacarla a pasear. Nos turnábamos mi hermana y yo porque mi madre nos obligó desde el principio a asumir la responsabilidad, si nosotras queríamos el perro nosotras teníamos que sacarlo. Así que, por las mañanas iba yo, al medio día mi hermana y por las tardes y por las noches íbamos las dos”, recuerda con cariño Carmen.

La historia de Ray comenzó hace unas semanas, cuando Carlos vio unas fotos en el Instagram de una protectora y supo que serían grandes amigos.

“Lo vi en la página de Instagram de la protectora y me enamoré de él. Contacté con la protectora por Instagram ese mismo día, pero tuve que esperar un mes para poder llevármelo mientras tramitaban la licencia PPP (licencia para la tenencia de perros potencialmente peligrosos). Durante ese mes fui a pasearlo cuatro o cinco veces”, explica Carlos.

La historia de Ray lo ha conmovido consiguiendo, en tiempo record, que su dueño ya no imagine sus vidas separadas: “Este perro se lo habían quitado al dueño por no atenderlo debidamente. Este señor tenía perros para peleas y, como este no entraba al trapo, tuvo problemas con el resto. Tiene marcas en las orejas de mordiscos A veces, incluso se marchaba 3 o 4 días y dejaba al perro en casa sin agua ni comida”, comenta.

Carlos asegura que no ha tenido ningún problema con él desde que llegó a casa porque “es un buenazo”. Además, recomienda a todos los amantes de los animales que acudan a las protectoras: “Lo bueno de las protectoras es que intentan buscar el dueño perfecto para los perros, no como en las tiendas que solo quieren vendértelo y llevarse el dinero. Intentan buscarte un perro que se adapte a tu forma de vida”.

Ambos coinciden en que todos deberíamos pensarnos bien las cosas antes de coger un perro, porque no es un juguete. Así que lo tienen claro: “Si no puedes atenderlo como necesita, mejor no lo cojas”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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