Hacía bastante tiempo que no escribía poesía y lo cierto es que deseaba compartir estos versos alados, con el fin de que lleguen al mayor número de lectores posible, pues los poemas son como un salvavidas contra el tedio y la rutina. Reconfortan y llenan el espíritu. Las palabras de un poeta son como el pan del corazón: Un alimento vivo, que en este caso, he acompañado con arte digital, a modo de ilustración. Me gustaría saber qué sentís al leer poesía… ¿Créeis que todavía hay un lugar para ella en medio de la mercadotecnia literaria?
Este es un sentido homenaje a aquello que fue y a lo que será, un bucle espacio-temporal, para el que no existe el olvido. Hay lugares y seres que todavía permanecen cuando se desciende ad ínferos.
PÁJAROS DE BARRO (I)
TE VÍ
Acariciar tu pelo
sentada a la orilla del río
tejido de hilo rojo,
al abrigo.
HABITÉ
Hasta tu mente
fuente naciente, llegar,
para bailar contigo
en aquella estrella.
Pensé que me darías nombre
para acompañarte en otros reinos
llevándome en las alas
para perder los miedos.
INTENTÉ
Me levanté sin más
en el linde de aquel camino
con los pies descalzos,
que marcaban mis pasos.
LEVITÉ
Un rostro difuminado
aparece siempre en mis sueños
silueta hecha sombras, siempre,
sus brazos me abre, lo siento dentro,
corrí a su lado, como el viento,
entonces le conocí (tú ya no estabas allí).
PÁJAROS DE PAPEL (II)
¿Cómo se sale de aquí? Del laberinto que es pensar en tí.
nunca vuelvas al jardín de las hojas muertas,
ni al café del tiempo de las horas inciertas
se quedará en tí, en el país de los versos perdidos.
Apurando el beso en el vaso,
divinas palabras son amarras
agujeros de gusano,
mordiendo el corazón de la manzana.
PÁJAROS DE FUEGO (III) *
Nunca más solos.
Vivamos por encima de los tejados
que nadie nos oiga, mientras viajamos a la luna
no nos encontrarán en el mapa.
Jugaremos al escondite
y si la ciudadela es un castillo interior
derribemos muros, ciegos y mudos
y el destino, en el centro del sino.
Conjurando nuestros pájaros de fuego
caerán los escudos, bajaremos las armas
remendaremos heridas de tiempos rotos
habrá un descubrimiento en el nosotros,
abriremos cada puerta
hasta encontrarnos con el misterio
porque crecer no es ir perdiendo.
(*) Editado recientemente en la publicación de Cuervo Rojo Ediciones (México).